Visión
Constitucional de Venezuela
La
historia constitucional venezolana, que se inicia con el constitucionalismo
español (e incluso antes, toda vez que su primera Constitución data de 21 de
diciembre de 1811) es extraordinariamente agitada ya que es posible constatar
un total de 25 textos constitucionales (1811, 1819, 1821, 1830, 1857, 1858,
1864, 1874, 1881, 1891, 1893, 1901, 1904, 1909, 1914, 1922, 1925, 1928, 1929,
1931, 1936, 1945, 1947, 1953, 1961 y 1999).
Evidentemente
un buen número de tales textos no constituyen otra cosa que una mera cobertura
jurídica con apariencia de constitución para justificar el poder de caudillos o
dictadores militares; de otra parte, también hay que advertir, para matizar
esta afirmación inicial , que en la tradición constitucional venezolana no ha
existido hasta épocas recientes el mecanismo de la reforma parcial, por lo que
con frecuencia se reviste como nueva constitución lo que materialmente no ha
sido más que una puntual modificación de algunos preceptos constitucionales.
Dos Modelos de Democracia: Formal y Profunda.
Democracia
Formal
Se
denomina democracia formal aquél sistema político donde las normas
constitucionales han previsto una separación de los poderes legislativo,
ejecutivo y judicial, reservando a la soberanía popular la elección del primero
mediante sufragio libre, igual, universal, directo y secreto.
Democracia
Profunda
Será
aquella que no solo haga y mantenga los hombres y mujeres libres, si no (y
también), iguales. Es más, únicamente en la profundidad de la democracia se
pueden hallar fórmulas de equidad razonables, de igualdad, eso sí, ni uniforme
ni forzada.
Democracia Participativa.
Democracia
Participativa o Semidirecta es una expresión amplia, que se suele referir a
formas de democracia en las que los ciudadanos tienen una mayor participación
en la toma de decisiones políticas que les otorga tradicionalmente la
democracia representativa.
Puede
definirse con mayor precisión como un modelo político que facilita a los
ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan
ejercer una influencia directa en las decisiones públicas. Se manifiesta
usualmente por medio de referendos por los que los representantes consultan a
la ciudadanía o por medio de iniciativas de consulta que los ciudadanos
presentan a los representantes.
La
democracia participativa y estas otras formas no deben considerarse como
excluyentes entre sí. Más bien, cada una de ellas apunta en una determinada
dirección sobre cómo hacer avanzar la democracia representativa tradicional
hacia sistemas con mayor grado de participación. En la práctica, un sistema
concreto de democracia participativa puede basarse en ideas y métodos
provenientes de distintas variantes.
Derecho
a la Información
Toda
persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, sus ideas u
opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra forma de
expresión, y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y
difusión, sin que pueda establecerse censura. Quien haga uso de este derecho
asume plena responsabilidad por todo lo expresado. No se permite el anonimato,
ni la propaganda de guerra, ni los mensajes discriminatorios, ni los que
promuevan la intolerancia religiosa.
El
tema de la libertad de expresión y del derecho a la información ha sido de
amplia discusión desde antes de la aprobación de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela de 1999. El debate sobre su vigencia y los
mecanismos para su efectiva satisfacción, se ha convertido en un reto para el
Poder Público nacional y la sociedad civil. Esta discusión ha trascendido a
instancias internacionales tales como: Comisión Interamericana de Derechos
Humanos y la Organización de Estados Americanos.
La
libertad de expresión es una condición de la sociedad democrática. La ausencia
de garantías suficientes para que los periodistas puedan desempeñarse
profesionalmente, en libertad y con independencia, debe considerarse un
atentado contra la democracia. Una sociedad que no está informada no es
plenamente libre. La ausencia de una comunicación libre y plural, de espacios
donde puedan expresarse libremente todas las voces (sin distingo de raza, sexo,
religión, condición social u opinión política), representa un serio riesgo para
la consolidación de una sociedad democrática.
La Comunicación y
La Equidad
No
cabe duda de que la información es un bien que repercute en el bienestar de las
personas. La relación no es sencilla, sin embargo. Las primitivas formulaciones
del desarrollo, populares hace algunos lustros, fundamentaban la necesidad de
la investigación científica porque más conocimientos significaban más riqueza y
más riqueza implicaba una mayor felicidad. El lema positivista de “ver para
prever, prever para proveer” equipara la cantidad de información con una mayor
capacidad para superar problemas, que a su vez redunda en mayor satisfacción
humana. El concepto del “desarrollo” suplantó al del “progreso”, que el
positivismo clásico postuló como meta de la humanidad.

El
proyecto Democrático y la Realidad Socio-Política.
Conscientes
de que la historia la constitución los hechos transcendentes del hombre,
precisamos que como ciencia esta debe reconocerse "porque se ocupa de los
hombres en sociedad, de sus hechos y progreso, y su finalidad es ayudar a
comprender el mundo.
Hay
que buscar en el pasado las causas del presente y construir de esta manera las
condiciones del futuro. Las actividades humanas son el resultado de las
relaciones de factores políticos, económicos, sociales y culturales, y es
precisamente de a partir de esas relaciones que intentamos promover el estudio
de la historia, porque al fin y al cabo la historia es el conjunto de ésas
interrelaciones.
Basados
en los planteamientos anteriores expondremos en líneas generales las tendencias
futuras de nuestro país en los aspectos políticos, económico, social y
educativo- cultural, pero antes haremos un diagnostico general de la situación
actual.
La
intención no es hacer futurología, sino presentar una visión basada en la
comprensión del pasado y en el conocimiento del presente. La nación cuenta con
planes concebidos a largo plazo que, sumado a la experiencia histórica
acumulada, deberán definir la orientación del desenvolvimiento de las
relaciones políticas, económicas, sociales y educativas culturales.
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